lunes, 7 de julio de 2014

CAPITULO 9





Después de sentir que mi caminata de dos cuadras duró todo un día, llego a estar frente a él, lo miro y le sonrío. Él hace lo mismo y me pongo nerviosa otra vez ¿Qué me pasa? Contrólate Charlotte que se te van a caer hasta las bragas, me digo a mi misma y logro reaccionar.
-Estás muy hermosa Charlotte- me dice tomándome las manos y acercándolas a su boca, llenándolas de castos besos. Me encanta… y a mis piernas le gustan más porque están temblando como si fueran gelatina.
-Debo decir lo mismo, al parecer es normal en ti –digo y sonrío
-Me alegra que vinieras, por un momento pensé que no vendrías –dijo con la cabeza gacha- temí que no vinieras pero decidí que tendrías la última palabra, asi que esperé.
-Me alegra que hayas esperado –Dije y me acerque más a su cuerpo mientras mis labios rozaban los suyos- Me encanta.
-Y tu me encantas –Sonrío y me besó.
Después de nuestro dulce beso, Tom abrió la puerta y me llevo a su hogar…un fantástico y hermoso hogar. Su casa combinaba tonos color camel, caoba y blanco, era un lugar muy agradable, me preguntaba como seria su habitación –claro, sin malas intenciones me dije a mi misma. En realidad eso no me lo creo ni yo, claro que tengo intenciones aunque no son malas... tampoco son buenas del todo.
Pasamos por una sala modernisima hasta el tope con una mampara de cristal que llevaba hasta un jardin donde por lo que intuia, habia una piscina, genial. La sala tenia dos muebles en color blanco que contrastaba con la alfombro en color azul noche. La decoracion era algo muy sutil y agradable que daba al ambiente un clima relajada y agradable.



Después de observar maravillada lo cálido de su hogar, de repente él me cogió y yo suspiré, es una verdadera lástima que solo me cogiese la mano para llevarme hasta la cocina.

 Al llegar a la cocina parecia que hubiera cambiado de dimension. El ambiente era mucho mas agradable aun. Del techo colgaban unas lamparas mas largas que las patas de una araña y te daba la impresion de estar en una casita rural, habian rosas en floreros regados por todas las encimeras y los colores blanco y negros contrastaban con el rojo de algunos objetos. La cocina era encantadora.
Tom me saco de mis ensimismamientos con su hermosa voz.
-Te invité a almorzar y quiero que sea lo primero que pruebes...luego habra tiempo para lo demas – Y me dio otro casto beso dejándome con ganas de probar otras cosas, como la comida por ejemplo.  Sí, sí... la comida - pensé.
-¿Cocinas? –Pregunte asombrada- Wow… ¿hay algo que no sepas hacer?
-jajaja Charlotte, preciosa, no soy perfecto, solo trato de ser una buen hombre y una buena persona, no es difícil. Eso nace en uno.
Maravillada por el espécimen que acabo de encontrar, me acerqué y me quedé mirándolo a los ojos.
-Si sigues mirándome así, dudo mucho que lo primero que pruebes sea la comida.
Oh oh…alguien está mostrando su verdadero rostro. Prefiero que sea así, ni que yo quiera probar primero la comida.
!!Oh si!!    
Terminamos el duelo de miradas y caballerosamente me llevó hacia la sala de la cocina donde había unas hermosas sillas y la mesa  con cubiertos puestos. Momento de ver al cocinero en acción. Esto va a ser divertido. 
Tom no me dijo que había preparado y no quise quitarle la sorpresa asi que no pregunte. Lo mire sacar un pirex del horno y unos pequeños moldes mientras decía  perfecto.  ¡Perfecto tú, qué leches lo que haya en el molde! - pensé sin dejar de mirarle donde no debía. Los puso en la mesa y pude ver al fin que me había deparado el destino.
Lasagna *.*
Estuve a punto de pararme y hacer algo completamente ridículo…¡Qué diablos! Por debajo de la mesa comienzo a mover las caderas al ritmo de una música de triunfo imaginaria mientras aprieto los puños como si acabase de ganar el premio gordo de la lotería. ¡Toma! ¡Toma! ¡Lasagna! ¡Qué rica! Unos segundos después recupero la compostura y veo que me mira con el ceño fruncido. ¡Mierda! ¡Se ha dado cuenta! 
-Espero que te guste la lasagna, en realidad no sabía que cocinar asi que me decidí por algo que me sale perfecto…y aquí está mi experimento; una lasagna clásica y unos postres franceses que espero te guste.
¡Uff! Suspiro aliviada y decido que es hora de volver a concentrarme en la conversación y en lo que no es la conversación- pienso mirando el bulto de sus pantalones.
¡Charlotte centrate! ­ hahaha
-¿Estas bromeando? ¿Postres franceses? –Dije sin poder contener la emoción- ¡Amo los postres franceses mas que a mi propia vida! –si, eso fue una exageración…no del todo falsa.
-Wow…a mi también, asi que creo que serás feliz –Dijo dedicándome la mejor de sus sonrisas…espero que no haya una mejor que esa porque podría volverme loca, más aún.
-Entonces… ¿a comer?
-jajaja Veo que mi esfuerzo valió la pena -dice sonriendo
Sirvió en platos grandes medianas porciones de lasagna, a mi me parece poco así que decido actuar. 
-¿Puedes ponerme un poquito más? - Me mira con gesto contrariado pero es que de verdad me estaba echando poco para el hambre que tengo. 
-¿Así está bien? - Pregunta poniendo un poco más en el plato. 
-Un poquito más... - Digo con voz desinteresada, como si el asunto no fuese conmigo, mientras agito levemente la mano indicándole que quiero más. Me mira fijamente pero yo sigo mirando el cuenco con lasagna. Echa un poco más con una sonrisa curvada en su rostro ¿Había dicho que antes era su mejor sonrisa? ¡Me equivocaba! ¡Esta es  una de sus mejores sonrisas! - ¡Perfecto!
Para de echar lasagna en mi plato y yo sonrío mientras él me mira divertido, mi boca se hace agua y no solo por la comida que estoy apunto de devorar. 
Mientras me ofrecía los cubiertos dijo “El postre para después…mucho después”, estuve a punto de discutir ese punto con él pero, esta vez me contuve…este hombre tiene un poder extraño sobre mí y mi cuerpo.
Mientras comíamos hablamos de nosotros, le conté mi pasado y mi presente mientras él me contó de sus padres en Londres, quienes no vienen a Francia, al contrario, él viaja a visitarlos. Me contó de su hermana…alguien a quien sabia conocería ya que también vivía en Francia, pero que francamente, no quería conocer. Una mujer de tez clara muy guapa y con unos ojos verdes encantadores mientras la melena castaña adornaba su rostro… se veía odiosa en la foto que Tom tenía en la billetera. O quizá me equivocaba y hablaba la envidia.
Terminamos de comer y Tom no me dejó ver que postres había preparado ¡Increíble! Y lo peor era que enserio, me moría de ganas de comer algo dulce hecho por su manos, o amasado por sus manos, o manipulado por sus manos, o apretado por sus manos, o ... ¡CHARLOTTE!
-Ven –me dijo haciendome volver a la realidad y mientras me ofrecía sus fuertes manos que yo tomaba encantada de la vida – me gustaría mostrarte algo.
Oh si, ¡muéstramelo todo!
Subimos las escaleras de madera de su hermoso hogar y subimos al segundo piso, nos adentramos por los pasadizos y llegamos a una habitación pequeña donde apenas caben dos personas y de no se dónde y no se cómo –para variar- salió una escalera que los llevó a una habitación desconocida en el ático.
Me sentía una niña haciendo travesuras.
-Sube con cuidado preciosa –sugirió e hice caso…no pretendía doblarme ningún tobillo y parecer inútil, perdería todo el glamour delante de él y eso no me lo podía permitir.
Subí las escaleras con cuidado agradeciendo estar vestida con un pantalón y cuando terminé de subir los diez escalones, al fin logré pararme en el borde de la puerta escondida y asombrada admiré todo lo que tenía alrededor.
¡Wow!
Tom subió después de mi y me cogió por la cintura sorprendiéndome y preguntando “¿Te gusta?”
No lo voy a negar…me encantó, pero nada de lo que había ahí podía hacerme ilusión…excepto una cosa, pero que no puedo mencionar aún.
-Claro que me gusta –exclamé- ¿Eres pintor? –pregunté estúpidamente esperando que al ver esa habitación llena de cuadros y paisajes el me dijera “No, soy enfermero” bah.
-jajaja Pues no, la verdad es que solo lo hago porque me apasiona pintar –piensa un momento y dice – la verdad es que me gusta todo lo que tenga que ver con el arte. ¿Y a ti?
-¡Oh arte! –exclame- Soy tan buena para eso.- Digo levantando mis manos al más estilo Diva, haciendo que se note mi sarcasmo.
-Por lo visto no –dice riendo a carcajadas.
-Yo no soy buena, al menos en eso no –Digo sin darme cuenta el doble sentido que ofrecí, o.. quizás si me di cuenta. Sonrío al pensar en mis palabras. 
-Eso no lo dudo –Dice y veo como su mirada se oscurece…tengo miedo, la verdad, no lo tengo …pero sea lo que sea que pueda suceder tiene que esperar.
-Bueno, y… –digo cambiando de tema y el color de sus ojos también - …así que te dedicas a pintar cuadros, eso es genial… ¡También haces retratos! ¿Y quién es ella? –Digo mostrando un retrato de una hermosa mujer sin ocultar mis … ¿celos? ¡No, no, no! ¡Que diablos! ¡Sí, sí, sí! ¡Estoy celosa!
-Oh ella…es…alguien sin importancia –Dice mientras tira el cuadro detrás de otros que están apilados en un cerro de cuadros. ¿Sera su… ex novia? 
-Si, se nota que no tiene importancia y por eso aún lo conservas –Dije para ver si conseguía que me explicara quien es esa mujer.


¡Shit! ¡Boca, tranquilízate que te lo ordeno! No puedo creer que yo haya dicho eso…que vergüenza. Pero está dicho...
-Perdona Tom…no se porque lo dije.
-No te preocupes…¿quieres bajar o prefieres quedarte aquí?
-Yo voy a donde tú vayas… - Digo sin saber cuánta razón hay en esas palabras - si quieres, claro está.
-Algún día me gustaría hacerte un retrato –Dice ofreciéndome su mano otra vez para bajar.
Ohhh…me encantaría un cuadro de estilo renacentista, con uvas en mi cabello largo y ondeado el cual cubriría las curvas de mi cuerpo…me encantaría. Puede hacerme otro desnuda... vale, mejor pienso en otra cosa.
-Me gustaría…espero que algún día se pueda. - Digo intentando que no se note la ilusión en mis palabras.
Después de comer el postre que por cierto era dos bellezas deliciosas…
Creme brulee y Coulant
Todo fue hermoso hasta que dijo “Tengo macarrones en una caja…si deseas alguno solo pídemelos”
¡!MACARRONES DE PIERRE HERME !!  Amo a este hombre.



¿Quién dijo solo los hombres se enamoran por el estómago? Pues yo soy una de ellas, aunque Tom tiene tantas virtudes que hasta el momento no sé cuál de ellas flechó mi corazón.
-Lo que tu quieres es convertirme en una Charlotte inflable, lo sé. ¡Quieres que sea tu muñeca hinchable! - Digo riendo a carcajadas y él se une a mi risa.
-jajaja Preciosa, así tuvieras las formas de un elefante seria igual de hermosa, el físico siempre es lo de menos, tu manera de ser es lo que cautivaría a cualquiera.
Aaawwww ¿no es tierno? Me lo como…ok no, creo que hare régimen.
Sé que muchas saben que soy easy jajaja y no les quitare la duda, pero con Tom nada fue igual a nada… todo fue diferente y especial, nos enamoramos poco a poco y lo único que hacíamos era besarnos, nuestras manos jamás averiguaron donde estaban las otras zonas por descubrir, no porque no quisiera, fue mas bien porque quería disfrutar cada instante y que el momento fuera especial. Como una primera vez.
-Me encanto pasar la tarde contigo preciosa, espero que las que vengan sean diarias, ya sabes que si deseas puedes quedarte aquí, tengo una habitación de invitados grande y hermosa también, si quieres venir solo llámame y yo estaré ansió…-y lo calle antes de que siguiera.
Puse un dedo en sus labio y mirándolo atentamente como si mi vida se perdiera en la profundidad de su mirada, me perdí en ellos y el en los míos hasta que nuestros labios se unieron y se besaron y humedecieron como si fuera la primera vez que se conocían. No fue un beso, fue hablar más de mi, más de nosotros.
-Charlotte –dijo cuando terminamos de besarnos- sé que esto es apresurado pero no quiero perder la suerte que tuve de conocerte y solo quiero seguir disfrutando de ello…-se hizo silencio y continuó- Charlotte…¿Aceptarías ser mi novia?
Oh santo cielo…¡Jamás nadie me había preguntado eso! ¿Y que hago ahora?
Mis relaciones siempre se basaban en besarnos y aceptar eso como un “somos enamorados” y fin. Nadie en mis 25 años me había preguntado si quería ser la novia o enamorada de alguien. ¡Jamás! Y no sé que se supone que deba decir ahora, un si o un no, o simplemente besarlo…¿Qué hago?
Deja que tus sentimientos hablen por ti - dijo mi subconciente. Algo sensato.
-Tom, yo... No. - Dije tajante mientras negaba con la cabeza.
Sus ojos se abrieron y sus labios se separaron. Tom no daba crédito a lo que acaba de suceder.
-¿Tú... tú... - Tartamudea. 
-¡Qué sí bobo! ¡Acepto! - Exclamé y sonreí. 
Me lance a su cuello rodeandolo con mis brazos y ver a la perfección como él abrió los ojos como si no creyera que hubiese aceptado, me abrazó tan fuerte que por un momento creí que la lasagna estaba a punto de salir. Ese montón de lasagna que me había terminado sin rechistar. Me elevó al aire y me hizo girar dando muchas vueltas hasta de pronto parar. Tomó mi rostro y me besó con tanto cuidado que me sentí "protegida".
Él jamás me hará daño- pensé. 
Nos despedimos los novios –suena extraño- y después de tantos besos, al fin me fui a casa.
Al llegar no cabía en mi misma de tanta felicidad. El hombre más guapo del universo era mi novio y… maldición, eso era genial. ¡No! ¡Era fantástico! ¡Increíble! ¡Estupendo! ¡Maravilloso!  Cansada me desvestí, me dí una ducha fresca y desnuda me fui a dormir…estaba agotada.

Ahora empezaria un nuevo dia en mi vida.
 

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